Ana María Matute, esperando a los gnomos en su bosque de Mansilla. |
—¿Esa es
la casa de los gnomos?
—Sí.
—¿Pero
existen?
—Claro.
—¿De verdad existen?
—Si tú crees, sí. Si no crees, no.
Extracto de la transcripción de una entrevista a Ana María hace un par de meses, en su casa de Barcelona, a donde entré con la devoción y el respeto del que entra en un templo.
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