¡Oh sí, es ella!
Posó las puntas de los dedos sobre la olla que contenía las palabras mágicas... Y al destaparla se escaparon la risa de la luna, la escoba de una bruja, una lagartija con sortija y un dragón alado que sembró Avilés de terroríficas sonrisas y espantosas carcajadas.
Gracias a quienes hicieron posible la magia: Jorge Iván, Cristina, Diego y todos los miembros de la organización.
Gracias Annie. Gracias Javier.
¡Larga vida al Celsius!
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