domingo, 16 de noviembre de 2014

Magosto en Galicia

Hemos pasado un fin de semana genial en Galicia con la panda de los Trogloditas.
Llegamos a Carballiño en el Magosto, fiesta gallega del otoño. 
Al poco de aterrizar, decidimos pedirles ayuda a los chicos para buscar el cofre que un famoso (y peligroso) forajido inglés había escondido en la villa hacía muchos años. Por lo menos, dos siglos. O más.


Fue genial buscar pistas, adivinar adivinanzas, seguir huellas hasta dar con el tesoro. Qué bien nos lo pasamos, ¿verdad?

Iván, fue espectacular, emocionante, increíble, asombroso, escucharte hablar en perfecto "idioma Dora Maar". (Si lees esto, acuérdate de lo que me prometiste: me debes ese dibujo tan bueno de la portada de los Trogloditas en cuanto lo termines).

Hubo de todo, en la fiesta troglodita. Hasta globos con sorpresa y papeleras glotonas con la barriga llena :-).
Y en una esquina, en la mesa de lunares, ordenados y formales, los Trogloditas esperaban a sus amigos.
Las chapas de Dora Maar que hicieron Marta y Manel para los lectores eran preciosas (y la Mondas estaba feliz de saberse famosa).

Para completar el fin de semana, también nos fuimos con los Trogloditas y un taller de conjuros a la librería Zampacontos, en Ourense.



Y charlamos sobre brujas y embrujos... "¿Cómo olvidar, queridos niños, a aquella malvada que utilizó algo parecido a ESTO para maldecir a una princesa y a todo su reino a un sueño de más de cien años? ¿Alguien recuerda su nombre?".


Uno de los niños, el que soñaba con tener el poder de atravesar paredes, recordó casi todos los nombres de las brujas más poderosas de la historia. Una memoria prodigiosa.



Y colorín, colorado, el finde mágico se ha acabado :-(. Pero nos marchamos con muchas, muchas, muchas ganas de volver... Y volveremos).


Gracias por todo, chicos. ¡Sois espeluznantemente increíbles!

viernes, 14 de noviembre de 2014

"El ojo crítico" de RNE, entrevista y reseña "El verano que desaparecieron los Trogloditas".


Si no habéis escuchado la entrevista que me hizo Leticia Audivert para su "La Pequeteca", ahora podéis oír la reseña que han hecho en "El ojo crítico" y la correspondiente entrevista en la que hablamos de "El verano de desaparecieron los Trogloditas":

El ojo crítico y los Trogloditas  
(a partir del minuto 45)

¡Gracias, chicos!

jueves, 13 de noviembre de 2014

¡Vámonos ya!


¡Ay, qué emoción! En un par de horas nos marchamos a Galicia, a celebrar la fiesta del otoño, es decir, O Entroido, por todo lo alto

Mañana, viernes, a las 6 de la tarde, en la librería Zampacontos, de Ourense, presentaremos "El verano que desaparecieron los Trogloditas" con nuestro famoso, terrorífico, fantasmagórico taller de conjuros.

Y el sábado, a las 6 de la tarde, en la librería Escolma de Carballiño, presentaremos a Los Trogloditas con un súper taller para detectives: "A 6 pistas del tesoro".



¡Despegamossss!


jueves, 30 de octubre de 2014

En La Pequeteca, de RNE 5




Hoy ha sido un día muy especial. He estado en Radio 5 con Leticia Audibert, que me ha entrevistado para "La Pequeteca". Y aunque nadie la esperaba, la bruja borradora voló hasta el programa, solo para hacer una de sus brujerías favoritas: fastidiarme el apellido y añadirle una letra. Pero ha sido un jueves tan bonito que le perdono su fechoría, una vez más.

Aquí os dejo enlace al programa, por si queréis cotillear.


 Y esta belleza de aquí al lado es Dora Maar... ¿Que quién es? Un personaje siniestro, loco, extravagante... Uno de los misterios de "El verano que desaparecieron Los Trogloditas".


¡Gracias, Leticia!

miércoles, 29 de octubre de 2014

Mis Trogloditas y mi bruja, de Halloween


Con Halloween siempre pasa 
hay revolución en casa. 


La bruja coge un cepillo 
y a sus botas saca brillo
deprisa con un tenedor
se despeina que es un horror
sin embargo la muy boba
los pelos peina a su escoba



Volando con gran pericia 
va y aterriza en Galicia
          y os prometo que este otoño 
ay, ya me tiene hasta el moño
que en su escoba la maldita
se llevó a Los Trogloditas



Se han marchado tan campantes 
bien lejos de sus estantes
aquí están, ¡qué disparate!
Dentro de este escaparate.




domingo, 26 de octubre de 2014

Conjuros trogloditas en Didacticalia


Para armar un conjuro se necesitan tres cosas, por lo menos:
La primera, tener un deseo.
La segunda, una palabra mágica.
La tercera, una palabra que rime con la palabra mágica...

  
Daniela hizo su conjuro para que el lunes no hubiese colegio
Uno de los Diegos se pidió el martillo de Thor
Jose, que la coliflor le supiera a helado
El otro Diego quiso ser coronel de un ejército de naves interestelares
Mariana, tener el poder de los superhéroes
Lola dijo que quería convertirse en una princesa hada...

                    E Irene rimó todas las palabras mágicas.
               
       ¡Lo pasamos Troglodita y espantosamente bien!
                                                                  
                                                                 





martes, 21 de octubre de 2014

martes, 14 de octubre de 2014

"Prohibido leer a Lewis Carroll"





Con los libros pasa como con las peliculas: cuando te gustan mucho, los quieres compartir con el mundo, hablar sobre ellos, aprenderte sus diálogos de memoria, ponerle a tu mascota el nombre de tu personaje favorito y, por supuesto, que les den premios porque es, en parte, como si te los dieran a ti. Ya sé que esto último no tiene sentido, pero así son las cosas.

Bien, pues todo lo anterior me ha pasado este año con "Prohibido leer a Lewis Carroll", mi libro infantil preferido de 2014. Se lo he estado recomendado durante meses a la gente que quiero y hoy Diego Arboleda, su autor, ha ganado con este libro el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.

Y si la historia es fantástica, las ilustraciones de Raul Sagospe parece que hubieran nacido espontáneamente entre las letras del libro: geniales.

¡Enhorabuena, Diego Arboleda!

Y gracias :-).


lunes, 29 de septiembre de 2014

Los Trogloditas: nueva reseña :-)





"(...) La trama, bien elaborada, encierra una intriga que se mantiene tensa hasta el desenlace de la acción y el estilo, impregnado de humor, resulta ameno y cuenta con una correcta construcción gramatical y un vocabulario amplio (...)".

Los chicos de Troa han comentado "El verano que desaparecieron Los Trogloditas" y la pandilla, la bruja y yo estamos encantados y agradecidos :-).

Aquí tienes la reseña completa, por si te apetece leerla.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Un cuento para el fin de semana

¡Buf, lo que cuesta volver de vacaciones!

Para empezar el curso, os dejo un cuento que publiqué en otra entrada, pero que alguno de vosotros habéis tenido problemas para abrir.

"El viaje de Teresa" cuenta la aventura que vivió una niña cuando se tuvo que cambiar de casa y de colegio, ¡pobre Teresa!

"El viaje de Teresa"


Qué lujo, las ilustraciones de Elena Queralt :-)



¡Espero que ahora lo podáis leer sin problemas!



lunes, 4 de agosto de 2014

Fiesta Celsius en Avilés: ¡Sorpresa!


¡Oh sí, es ella! 

Entre relámpagos y truenos y con el sol escondido en un bolsillo, Maléfica en persona apareció en el taller de conjuros del Celsius.

Posó las puntas de los dedos sobre la olla que contenía las palabras mágicas... Y al destaparla se escaparon la risa de la luna, la escoba de una bruja, una lagartija con sortija y un dragón alado que sembró Avilés de terroríficas sonrisas y espantosas carcajadas.







Gracias a quienes hicieron posible la magia: Jorge Iván, Cristina, Diego y todos los miembros de la organización.

Gracias Annie. Gracias Javier.

¡Larga vida al Celsius!

martes, 29 de julio de 2014

Nueva reseña de "El verano que desaparecieron Los Trogloditas".

Luis Daniel González ha tenido la deferencia de reseñar el libro en su blog de LIJ:

"(...) Uno de los méritos del relato es su comienzo intrigante (...)"

Diego, a punto de encontrar la pista definitiva...


Si te apetece leer la reseña completa, pica aquí.

¡Gracias, Luis Daniel!

lunes, 28 de julio de 2014

Entrevista en Top Cultura.

Hoy me entrevistó Carmen Fernández Etreros.

Hablamos de mis sueños infantiles, de libros que me persiguen por la casa, de lo que soy, de lo que me gustaría ser...

Por si te pica la curiosidad, aquí te dejo la entrevista completa, que aparece en Top Cultura

Mi gata Lola pone las patas sobre el teclado cuando se cansa de que no le haga caso.



martes, 15 de julio de 2014

"Besos de galleta, abrazos de metal"





Pepe recibe un regalo de cumpleaños que cambiará su vida: una robot programada para convertirse en la más inteligente del mundo. Habla veinte idiomas o más, sabe preparar tartas de tres pisos, es calva, le gustan los sombreros y se llama Robota.

Si queréis saber qué pasa en la vida de Pepe cuando llega Robota, no tenéis más que picar en este enlace y a continuación, abrir el pdf:

Besos de galleta, abrazos de metal




miércoles, 25 de junio de 2014

Yo creía que las hadas no se morían :-(.

Tuve el privilegio de hacerle una entrevista. Aún no me creo mi suerte. Fue el año pasado y este correo lo escribí al volver de Barcelona.



Yo iba a un viaje iniciático, o algo así. Se lo dije a Laia, la chica de la editorial, cuando nos encontramos en la puerta de la Matute: "Esto para mí es un viaje iniciático. No vengo a hacerle una entrevista a Ana María Matute. Vengo a mucho más". Así, a bocajarro. Ahora, recordando todo lo que hice, me da vergüenza mi osadía. Pero cómo estaría que la chica de Destino se contagió de mi emoción y al final se despidió de mí con un abrazo. Y quedó en mandarme a casa una novela negra que también le llevó a la Matute, porque a la Matute le pirria el género negro.
Pero mi osadía con Laia no fue nada comparada con mi osadía con Ana María Matute. Esta mañana, caminando hacia el tren para venir a trabajar, me acordé otra vez y me ardía la cara de la vergüenza: "Estás mal, Raquelita. Eso no se hace, cómo te atreviste". Porque, ¡Dios mío!, hablé con ella de escritora a escritora. Con dos ovarios como dos planetas. ¡Hablando con la reina madre como si fuésemos del mismo hemisferio! Nos mirábamos y nos entendíamos: "Me recuerdas a una de mis sobrinas" (esas sobrinas a las que les contaba sus cuentos). Y yo entendí cada una de sus palabras. Ella es ella. O sea, éramos una reina madre y una polilla africana, pero sé que las dos, en algún momento, compartimos un secreto. El mismo que comparto con vosotros y que es secreto porque, si no eres escritor, no lo conoces. No sé si me explico.
Creo que esta crónica va a ser un poco fiasco para vosotros porque se me amontonan las imágenes y los sentimientos. Me temo que voy a ir saltando de unas cosas a otras. Delante y atrás. En fin, si veo que queda muy chapucero, me abro un word y empiezo otra vez. O no, porque me cuesta escribir esto.
Me recibió su hijo. Un hombre muy grandote y muy serio. Y yo entré en esa casa como quien entra en un templo. Con una emoción y una solemnidad interior que no recuerdo haber sentido.
Entré en su casa, con Laia. Nos pasaron al salón donde, supongo, hace todas las entrevistas. Está pegado a la entrada, es pequeño, hay libros por todas partes, fotos, dibujos enmarcados, una chimenea y una casa de muñecas inglesa: "¿Esa es la casa de los gnomos?". "Sí". "¿Pero de verdad crees que los gnomos existen?". "Sí".
¿Veis? Me adelanto. Me desordeno. Volvamos a mi entrada en la casa.
Nos habíamos sentado Laia y yo en sus sillones de cuero y, al momento, Laia se levanta: "Mira, ya está aquí".
Yo no había oído nada pero Laia conoce el salón de las entrevistas y los sonidos de la casa. Me levanto y la sigo hasta la entrada. Ahí mismo. Y entonces, por primera vez en mi vida, veo caminar hacia mí a un hada. Es pequeña, porque la Matute era grande pero las hadas, ya se sabe, acaban modificando su aspecto para parecerse a sí mismas. Apoyada en su muleta avanza hacia el salón, que está a un palmo, pero avanza muy lenta. Con un silencio y una lentitud atemporales. Como si su cuerpo no pesase más que una pluma. Yo no respiro.
Nos sentamos y empieza la entrevista. Bueno, no. Antes, Laia le dice: "Ana María, ¡que me he casado!". Y Ana María se para en seco, sonríe, la felicita y le reprocha no haberla invitado: "Con lo bien que me lo hubiera pasado en tu boda". Más tarde, cuando ya nos conocemos, surgirá otra vez el tema de la boda: "Así que te has casado... ¿Y cómo no invitaste a la Matute? Me hubiera tomado un gintonic en tu boda". Y Laia le enseñó una foto que lleva en el móvil, y Matute, después de verla, me pasa el móvil a mí: "Es guapo, el chico, ¿verdad?". Le digo que sí, y a Laia le digo que me gusta el ramo. "¿El ramo?”, pregunta Ana María: "Ay, déjamelo otra vez, que no me he fijado en el ramo". Pero eso fue después, cuando ya nos conocimos.
Ana María está delicadísima de salud. Se cansa cada poco y yo, a los quince minutos, quise terminar la entrevista. Me dije: "Apáñatelas con lo que tienes, guapa". Miré mi cuestionario, se quedaban un montón de preguntas. Hice de tripas corazón y dije: "Bueno, yo ya tengo suficiente". Pero Ana María no hizo ademán de levantarse. De hecho, fue entonces cuando salió otra vez lo de la boda y cuando vimos la foto de los novios. Así que seguimos hablando y hablando. Hasta que hablamos de mi novela: "¡Ay, qué bonito! Que título tan bonito, ¿la has traído?". Vuelco al corazón. Y no, claro que no la había llevado. Me da vergüenza. Y la charla sigue, así que hablamos también de la feria del libro. Le cuento que en vez de firmar "junio" firmé "septiembre 2013". Se ríe con ganas y, de repente, recuerda: "¿Sabes qué me pasó una vez en una firma? Es que la gente a veces... Se me planta delante una mujer y me suelta: 'Para mi suegra'. Y voy yo y escribo: "Para mi suegra". Qué risa, por favor, qué risas hicimos con eso. Bueno, con eso y con más cosas porque el hada está delicada de salud pero tiene el sentido del humor intacto. Y la energía emocional, por decirlo de alguna forma, también.
"¡Que bonita es tu camisa!", me dice. Le digo que la suya también y me dice que sí, y que también sus pantalones son bonitos, y me invita a tocar la tela, tan fresquita. Y que dónde me había comprado mi camisa, que ella ya solo puede comprar en El Corte Inglés, porque tiene que ir en silla de ruedas.
Qué vital es ella. Qué disfrutona. Qué regalo, el de su tiempo.
Hablamos de literatura infantil, de Harry Potter: "¡Me encanta! ¡Es buenísimo!". De Enyd Blyton, le digo que  fue la primera lectura que me enganchó y que desde entonces me gustan los libros que hablan de comida: "¡Ay, igual que a mi hijo! Estaba leyendo Los Cinco y me decía: 'Mamá, es que me entra mucha hambre, que siempre están comiendo sandwiches". De sus dos maridos: el malo (el primero) y el bueno. De Neruda: "Me llevó abrazada y mi marido me dijo: 'Ahora no te vas a limpiar el abrigo ni a ducharte nunca más". Le digo que yo siento en su presencia, lo que debió de sentir ella con Neruda y con Cortázar y levanta los brazos, escandalizada: "¡Anda, anda, anda!".
Y me da permiso para hacernos una foto juntas: "Claro, ven, siéntate aquí, conmigo". Y entonces, despacito, como lo hace todo, me levanta el brazo y lo enlaza con el suyo: "Ahora soy yo la que no podrá lavar nunca esta blusa", y se ríe y me llama exagerada. Y le doy un beso. Y Laia hace fotos y salen TODAS borrosas y alguna ni siquiera sale. Cosas de la magia. Cosas de las hadas. Ana María Matute es como Campanilla. Traviesa, etérea y deslenguada.
Al despedirme la abrazo suave, con miedo a que desaparezca de repente. Le doy las gracias por el regalo de su conversación. Me dice: "Mándamela, ¿eh?"  (la entrevista).
Ah, y Laia le había llevado las últimas ilustraciones para el próximo cuento que le van a reeditar. Y ella, Ana María Matute, me las fue pasando según las veía: "Mira esta, ¿a que se ve que el niño está triste". "Mira esta, ¿te gusta? ¿Verdad que es bonita?".
¿No es lo más de lo más? Jamás he visto semejante ausencia de soberbia, de ego. Nunca he estado en presencia de una persona tan excepcional. Tan desprovista de vanidad. Tan acogeedora. Como estar con una madre.
Salimos Laia y yo de la casa y nos despedimos en la acera. Entonces eché a andar hacia el autobús y tenía tantas ganas de llorar, tanta emoción amontonada en el pecho que pensé en sentarme en algún banco a dejarme llevar. Pero me dio vergüenza y no lo hice. Solo se me escapó alguna lagrimita disimulada y muchos suspiros, camino de la estación. Y sigo envuelta en esa sensación de mirar estupefacta a la gente con la que me cruzo: "¿Pero es que no lo veis? ¿No se me nota? ¡Se me tiene que notar que me ha tocado un hada! ¡Pasmados, que estáis pasmados!".

domingo, 8 de junio de 2014

Los Trogloditas, en la feria del libro de Madrid











Ayer domingo, día 8, me fui con Los Trogloditas a la feria del libro de Madrid.



 Fue un día fantástico. Nos visitaron los amigos, la familia y muchos niños que estaban desando leer "El verano que desaparecieron Los Trogloditas".






¡Gracias a todos por una mañana preciosa!

miércoles, 4 de junio de 2014

Boolino recomienda "El verano que desaparecieron Los Trogloditas"


¡Guau! 

"El verano que desaparecieron Los Trogloditas", recomendado por Boolino y reseñado por Héctor Mellinas:

"(...) Pese a la ausencia de crímenes, podríamos considerar que este libro con imágenes (ilustraciones que, en cierto modo tintinean y tienen referentes en los dibujos de Hergé) es una novela policíaca para jóvenes lectores (...)".

Aquí tenéis la reseña completa.


¡Gracias!